El violento desalojo de una
vivienda ocurrido el 30 de octubre pasado en Cajamarca, que terminó con la
muerte del mecánico Fidel Flores Vásquez (62), empezó con una deuda de US$1.500
contraída en 1993 por la víctima y el empresario Willy Vigo Valera, propietario
de Maderera San Martín S.A. Su esposa, Marina Cabrera de Vigo, dijo a El Comercio estar arrepentida por haber entablado el proceso que permitió el
remate de la casa."Ha sido una sorpresa vernos
envueltos en la TV por una deuda que se había judicializado hace más de 10
años. Era nuestro derecho exigir que nos paguen, pero ahora pienso que a lo
mejor fue un error, que nos ganó la cólera. La situación ya se ha politizado y
ahora estamos siendo amenazados por la gente movida por partidos
políticos", aseveró.
MÁS DAÑOS QUE COMPENSACIONES
De acuerdo con Cabrera, tras
ganar el juicio y ejecutarse el remate, recibieron S/.500 (nuevos soles) por única
compensación. El resto del dinero, dijo, fue empleado para pagar los gastos
judiciales y lo que quedó le fue entregado a Flores, pese a lo cual siguió sin
abandonar la casa.Ni la empresaria ni el Poder
Judicial (del Estado peruano) han precisado cuánto se pagó por la vivienda
durante el remate judicial, celebrado en 1997. Dicho monto fue abonado por
María Luisa Cruzado Ávalos, quien inició el juicio por desalojo el 13 de enero
del 2011.