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jueves, 26 de febrero de 2015

Manejo de conflicto en Pichanaki

En Agitadores & Actividades extractivas  describimos ,como antesala, algunos detalles que rodearon la toma de pozos operados por la empresa Pluspetrol.
Seguidamente, presentamos la opinión especializada del consultor socio ambiental Felipe Injoque Espìnoza, sobre el conflicto social en Pichanaki :
"El conflicto social desatado en Pichanaki a raíz del paro del 09 de febrero (2015), con la secuela de violencia lamentable, es un tema que ha despertado mucho interés desde varias aristas en las redes sociales, como la referida al rol del Estado, la referida al comportamiento de la empresa o la orientadas a satanizar el comportamiento de algunos líderes sociales involucrados.
Sin embargo es importante también poner en perspectiva que este es un Lote concesionado por el Estado para exploración por hidrocarburos. Es el Lote108, que abarca Junín, Pasco y Ayacucho, con más de 300 km de largo, en el cual la empresa ha focalizado su interés en la zona norte, lejos de la conflictiva zona del VRAE y donde Pichanaki ha sido un punto logístico para acceder a sus áreas de mayor interés.
En los días que han pasado, en las noticias, la empresa Pluspetrol ha sido ampliamente entrevistada, por lo que se puede tener claridad en cuanto a sus planes de negocio y la orientación del trabajo que han realizado, así como el foco de interés que tienen. No está claro sin embargo, el como han actuado con respecto a los líderes que han desarrollado el conflicto, para poder hacer un símil con otros conflictos. Pero estoy seguro que han trabajado con la gente en muchos sitios, donde no hay molestias, sino todo lo contrario, apoyo a su proyecto y conocimiento apropiado debido a un proceso de consulta ciudadana realizado por la empresa.
Porqué entonces un punto en el mapa, como Pichanaki, que para Pluspetrol es un punto logístico, se convierte en un problema social o más bien sociopolítico. Porque Pichanaki no es una comunidad campesina, no es una comunidad indígena, sino una población o ciudad con muchos años de historial de ser un lugar donde existe desorden, por decir lo menos y donde las oportunidades para hacer negocios fuera de la ley, permiten el florecimiento de clanes que no son precisamente aliados de la formalidad de una empresa como Pluspetrol y otras. También está el hecho de que al sur del Lote, como se ha mencionado está presente uno de los enclaves cocaleros, que también está seguramente buscando evitar que la formalidad se acerque a su zona, con lo que encontraríamos causales de interés para generar conflictos.
Entonces debemos colegir que ante una situación de esta naturaleza, la estrategia de una empresa extractiva, que está en etapa de exploración no es la estrategia que pueda responder a un escenario complejo, como el planteado. Relaciones comunitarias solamente, o agreguemos también Relaciones Públicas, no puede ser sino un brazo formal de una estrategia de la empresa mucho más amplia que no conocemos, pero que por las evidencias, probablemente no se está manejando adecuadamente aun.
Hace unos años tuvimos oportunidad de ver un proyecto hidroeléctrico en una zona de características similares y un operador muy grande cuya estrategia abordó una alianza con el Estado y un manejo social muy estrecho en la zona tanto cercana como en el ámbito macro del proyecto, con resultados muy positivos, al no haberse creado ningún conflicto durante su desarrollo. Claramente un enfoque distinto seguramente debido a que mientras en el caso de Pluspetrol, se está ante un tema de riesgo de exploración, en el otro era la construcción de una infraestructura hidroeléctrica, con todo seguro en el futuro, por lo que asegurar la variable política o socio política es clave.
Seguramente veremos a Pluspetrol enrumbando hacia una estrategia similar conforme el proyecto aterrice sus reservas y el nivel de inseguridad y riesgo baje, afianzándose la inversión en el largo plazo.

Tierra y Agua

A la luz de la continua aparición de temas periodísticos referidos a Pluspetrol y los nativos, a Pichanaki o el tema ambiental, se puede apreciar que el tema que ahora está en el tapete es el de propiedad y el de agua, que como dice un dicho, es causal de violencia.
Parecería que hay una secuencia articulada de acciones de las comunidades nativas de Loreto por el Lote 109 (antes Lote 1AB), a continuación de la que las organizaciones sociales de la Selva Central (Lote 108). Primero por un tema que produjo la caída de un ministro y que ahora devela el interés que subyace en la lucha social emprendida. Analicemos pues la agenda tierra y agua, que parece sugerirnos esta secuencia de hechos y veamos hacia adonde apunta y quienes están involucrados.
Para nadie es desconocido que nuestro país (Perú) nació de la independencia de una colonia española, la cual se implantó sobre una cultura autóctona milenaria que en el momento de la conquista estaba en su fase llamada panperuana tardía, con la expansión del imperio incaico. Luego de tres siglos de colonia, en la cual la corona española reconoció títulos a las Comunidades de Indígenas, como lo atestiguan los Garashipos en cuero de oveja que mantienen algunas comunidades muy antiguas en la sierra, la naciente patria peruana, desconoció títulos españoles y cambió radicalmente el trato y reconocimiento a los indígenas, propiciando que durante una centuria hasta la Constitución de 1920 crecieran las haciendas y latifundios a expensas de los terrenos comunales, antiguamente reconocidos por la colonia. Desde 1921 que se crea la Dirección Nacional de Asuntos Indígenas, muchas de estas antiguas comunidades de indígenas fueron registrándose y  volviendo a adquirir personería jurídica, mediante un representante o personero que actuaba de interlocutor con las autoridades de la república. Si leemos a Scorza y estudiamos el tema, efectivamente las Comunidades fueron elevando su voz en una guerra silenciosa por lograr el reconocimiento a sus antiguos títulos de propiedad. Finalmente explotó la lucha a fines de los cincuentas y comienzo de los sesentas, con masacres y enfrentamientos cruentos entre comunidades y autoridades, lo cual propició el crecimiento de la ideología de izquierda reinvindicativa, que se calzó en la ancestral lucha por las tierras de las comunidades campesinas, de forma similar al proceso de sincretización religiosa que se dió durante la colonia.
En Lima siempre mirando al mar y hacia afuera del país, muchas veces ni se veía todo este proceso interno cargado de dolor, de resentimiento, que dificultaba la viabilidad del país. En este proceso social las postergadas comunidades exigieron con creciente fuerza una mayor presencia en la vida política del país y una agenda paritaria con el sistema. Los hitos que hicieron posible su crecimiento fueron las luchas de los sesentas, la revolución de 1968, la llegada del aprismo en 1985 al poder y la aprobación de la ley de deslinde y titulación de tierras comunales, así como luego la ley de tierras de 1994 que prácticamente limitó la posibilidad de expropiar tierras con fines mineros.  Este proceso de igualación dió pie a que en la década de los 2000, se presentaran con mayor fuerza y evidencia los procesos de conflictividad socioambiental que ahora tenemos constantemente en agenda. 
Ahora ¿nos sorprende que en la Selva los nativos de las comunidades quieran lo mismo?, cuando ellos fueron postergados por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas de 1968 con una inclusión incompleta en el proceso de titulación de tierras, dejando la gran mayoría de sus tierras como propiedad del Estado, para concesiones forestales o petroleras. ¿Coincidencia que los principales conflictos con nativos se han dado con el tema forestal en Bagua y con temas extractivos de minería y petróleo ahora? Creo que bajo esta perspectiva, la agenda está clara, los amigos líderes comunales de la sierra, después de exitosa labor durante 20 años, están apoyando a las comunidades nativas, marginadas en la legislación de los setentas.
La agenda del agua, contaminación, daño ambiental, es agenda común de presión que todas las comunidades utilizan para reclamar sus derechos, el cual analizamos brevemente a continuación.
En el caso del lote 108, se menciona en el Comercio el vertimiento de agua de perforación por años, con altos contenidos salinos, los cuales han dañado el ecosistema que da sustento a los nativos y que motiva el reclamo indemnizatorio que hacen conjuntamente con el reclamo de retribución por el uso de las tierras.
Cual es el tamaño del pasivo del Estado que no se sincera y aunque la OEFA viene sancionando a Pluspetrol, no se menciona el daño actual proveniente de los pasivos de Petroperú, que no tienen a quien ser asignados.  Creo que el Estado, la OEFA y la autoridad ambiental no se puede poner en la posición de fiscalizador de lo que el mismo Estado ha creado en tiempos en que no existía la legislación ambiental. Porqué no afronta el tema como en otros países financiando la remediación y lo necesario para recuperar las áreas dañadas, en vez de querer endosar a Pluspetrol o cualquier empresa su enorme parte en la responsabilidad.
Creo que el Estado tiene una enorme cuenta que saldar y no lo hará con la clásica política de avestruz para lo que quiere esconder como su responsabilidad por lo realizado por Petroperú en el tema ambiental y social y la de atropellar cuando quiere hacer lo que le da la gana, como el querer volver a que Petroperú sea operador. Todavía recuerdo años atrás a fines de los ochentas e inicios de los noventas a funcionarios de Petroperú cuando querían entrar al Parque Nacional del Manu para promover un lote, con argumentos de que por unos cuantos nativos, animalitos y plantitas no se puede parar el desarrollo. Esa forma de pensar tiene que ser erradicada del Estado para mirar al futuro con viabilidad, que solo puede nacer de la equidad con los hermanos nativos, con la maravillosa naturaleza amazónica con que hemos sido privilegiados como país.
Yo creo que es hora que las empresas petroleras, forestales y otras sean aliadas del desarrollo de la mano con las poblaciones y no contra las poblaciones, cuidando la naturaleza, internalizado su costo  y no externalizándolo como se ha venido haciendo desde que los antiguos Bandeirantes asolaron la amazonía de Maynas en la época de las primeras misiones y colonización en plena colonia española. Qué clase de negocio es uno que genera bien estar fuera de la zona donde se genera y luego no tiene fondos para cubrir el daño creado por la externalización ambiental y social realizada.
Las comunidades nativas bien asesoradas por los exitosos líderes de las batallas ganadas en las comunidades campesinas, vuelven a ser las comunidades de indígenas que artificialmente se separaron y lucharán sin duda por años para lograr equidad. Es hora de darnos cuenta y no rasgarnos vestiduras sin ver la pintura completa, como de alguna forma estamos tratando de mostrar. Hay una agenda pendiente que debe ser trabajada para que el país sea viable en el largo plazo. Ahora todos somos peruanos, pero no podemos despreciar nuestro pasado, nuestra antigua sociedad y poblaciones ancestrales. Debemos igualar como dice la Constitución a estos compatriotas que fueron marginados por un sistema que no viene al caso juzgar, debemos mirar adelante, dialogar, corregir, respetar y crear condiciones para el bienestar de ellos y del resto del país, pero con su participación.

El Paradigma de la Propiedad Comunal

Un tema a investigar para tener claridad en el caso de Pichanaki, en la Selva Central, Lote 108 y en Loreto, Lote 109, donde Pluspetrol se ha convertido en un motivo o detonante de una lucha mucho mayor de reclamo al Estado, es el de propiedad comunal en la Amazonía. 
Los conceptos han sido manejados de distinta forma a los aplicados en el resto del país, porque la Amazonía no dejó de verse como una frontera a conquistar, tanto por un Estado lejano en su modelo costeño y de latifundio durante muchos años de la historia republicana, como por la Iglesia, que consideraba a los nativos como un objetivo de evangelización y no solo la Iglesia Católica, sino también de otras confesiones más recientemente.
En lo que a propiedad se refiere hubo una política de colonización durante la república que inicialmente persiguió a los nativos como mano de obra, lo que se agudiza en la época del caucho y fue práctica común bajo la idea de culturizarlos, catequizarlos, pero no se habló de propiedad de los nativos, porque por el lado del Estado era una frontera y por el lado comunal, su estilo de vida silvestre impedía que formaran parte de la nación en términos de ciudadanía por lo que no poseían derechos. Ya luego de la Constitución de 1920 que inicia un proceso de reconocimiento a las Comunidades de Indígenas y luego durante el gobierno revolucionario de fines de los sesentas, se legisló sobre comunidades nativas y se promovió los asentamientos, que impulsó durante varios gobiernos la titulación de comunidades nativas solo en relación a sus poblados con el objetivo de asentar a poblaciones de costumbres itinerantes en un amplio territorio comunal, que fue considerado como territorio del Estado, susceptible a concesiones.
Mientras en la selva baja se configuraba un trato en base a concesiones forestales, concesiones petroleras, básicamente, en la selva alta una mayor densidad de ocupación y presencia de colonos que llegan desde la sierra y desde el exterior, configura un modelo de transición en el que se da la propiedad y un registro predial, dentro del marco jurídico nacional, como es en la zona de la Selva Central, pero también se dan comunidades, también se dan concesiones, según la accesibilidad y la densidad de ocupación.
Una mirada en perspectiva nos proporciona más claridad para entender el fondo de esta conflictividad que se da en poblaciones que, si bien no han tenido un registro de conflictividad muy evidente, aparecen en "Historia de la Gobernación y Comandancia General de Maynas" de Waldemar Espinoza, donde los Huambisas y los Aguarunas tuvieron tempranas rebeliones a inicios de la República.
Finalmente como escribió Adam Kahane en "Como Resolver Problemas Complejos", el planeamiento por escenarios, basado en el estudio y análisis más amplio, como el esbozado, permite aproximaciones que lleguen a reconocimientos y consensos evitando conflictos innecesarios".